Por: Sonia Andreina Estrada Acha.
La Asociación
Cultural de Estudios Latinoamericanos (ACML) con el apoyo de la Fundación de
Activos Culturales Afro (ACUA) y el Museo Afroperuano organizaron el gran
evento denominado: “Taller de construcción de tambores artesanales de tronco”. Durante
la mañana del sábado 24 de enero, nos encontrábamos en las instalaciones de la
DDC situada en la Avenida Luis Gonzáles de Chiclayo. Siendo las 8:30 Am.
aproximadamente, subimos al bus que nos llevaría a nuestro destino: El Museo
Afroperuano de Zaña.
Aunque la
mayoría no nos habíamos visto antes, existía una conexión entre todos durante
el camino: La alegría y curiosidad de poder participar en este Taller de
Construcción Artesanal de Tambores de Tronco. Pero, ¿Qué significaría en sí
este taller? ¿De qué se trataría la elaboración de dichos tambores?, mientras
viajábamos esas dudas y otras embargaban mi mente. Algunos teníamos nociones
básicas en teoría; sin embargo, particularmente en las actividades con manualidades
no recordaba haber destacado en alguna ocasión.
Cuando
llegamos al Museo Afroperuano de Zaña alrededor de las 9:15 Am, estaba todo
listo para que se realice el taller, el maestro artesano fue Rodolfo Zevallos y
el conferencista de instrumentos musicales el Señor Julio Garay Pérez, quien se
encargó de explicarnos cada paso del proceso de construcción con mucha
paciencia, siendo minucioso en cada parte de su exposición sin perder su
peculiar forma de amenizar esa mañana.
Entre el
proceso para obtener un buen tambor artesanal de tronco; es necesario tallar el
tronco por fuera tomando en cuenta el largo, ahuecar por el largo dejando las
paredes y bordes a las medidas requeridas, perforar en la parte inferior donde
irán las soguillas que sostendrán la tercera cuerda, lijar el tronco en el exterior
e interior. Forrar los aros para protegerlos y tejerlos encima con la segunda
cuerda, en el punto que cogerá a la cuerda que estira. El cuero debe ser humedecido
durante 10 a 15 minutos, colocar el arillo en el centro de cuero humedecido y
escurrido, se envuelve y se coloca sobre el cuero. Poner encima el aro exterior
y pasar la tercera cuerda que estirará el aro que lleva el cuero hacia las
tiras de la parte inferior (la primera cuerda). Estirar, jalar la tercera
cuerda realizando el estiramiento de cuerdo (afinado). Según el experto Julio
Garay, la calidad y la autenticidad en la pintura, decoración, detalles y demás
acabados es lo que marca en un instrumento artesanal la diferencia.
En nuestro
país existen infinidades de instrumentos musicales de percusión cuyo origen es africano,
puesto que con el transcurso de los años, personas descendientes migraron hacia
los continentes de Europa y América, formando parte de nuestra historia y
creando la cultura afroperuana, la cual en la actualidad se trata de preservar
mediante sus costumbres, manifestaciones artísticas musicales y danzas; siendo Zaña el pueblo donde más se conserva dicha
generación y el Museo Afroperuano es prueba de ello.
Entre otros instrumentos
musicales sobresalientes, recordados e incluso utilizados hasta ahora son el
Checo o Chacombo; consta de una calabaza vacía, en la parte superior e inferior
achatadas con 50 centímetros de diámetro aproximadamente y un orificio
cuadrangular o circular en la parte lateral del mate, está relacionado con el
Baile de Tierra en Zaña. Hoy en día, su uso se ha extendido hacia los demás
ritmos afroperuanos como el landó o festejo.
La Cajita
Rectangular Aproferuana del siglo XVIII; es un instrumento único en América,
puesto que no se haya algo similar en África, pero sí en las costas peruanas y
habría surgido a través del vínculo que tenían algunos afrodescendientes con
las actividades religiosas que se desarrollaban en las iglesias y cofradías,
según fuentes de investigación publicadas en el libro “Instrumentos musicales
de la diáspora africana”.
Son valorables
y respetados los esfuerzos de equipos humanos por realizar estos acontecimientos
de gran calidad y magnitud dirigidos a público general. Desde las instituciones
hasta personas que se ofrecen como voluntarios para ayudar en estos eventos sin
fines de lucro y los participantes, por enriquecernos con parte de nuestra historia,
arte y cultura (algunos viajaron desde Ecuador, Colombia, Lima, Truijillo,
Piura, Ferreñafe y Tumán). Este acontecimiento fue gratuito: El traslado de ida
y regreso Chiclayo – Zaña, el refrigerio, almuerzo y certificación. No había
excusas para negarse a participar de forma activa promoviendo la difusión de
este taller, participando y cubriendo. Una grata experiencia que sin duda
permanecerá en la memoria de todos los que participamos y aprendimos a tallar
esos troncos con esfuerzo y dedicación.